jueves, 14 de marzo de 2013

lunes, 18 de febrero de 2013

Taller de Teatro y Creatividad para Niños y Jóvenes



Taller de Teatro y Creatividad para Niños y Jóvenes 
Dirige el taller: Rodrigo Ayo



Fecha: Febrero – Agosto.
Inicio de clases: Jueves 21 de Febrero.  
Grupo 1: De 5 a 10 años. Jueves de 15:30 – 17:00
Grupo 2: De 11 – 16 años. Jueves 17:00 – 18:30

Facilitador:
El taller está dirigido por Rodrigo Ayo. Psicólogo, Psicoterapeuta, Pedagogo Teatral y Actor (Mondacca Teatro).

Información y reserva: 
Rodrigo Ayo
Celular: 77286622

Aporte mensual: 160 Bs. Al Mes

Lugar: Iglesia Anglicana. Calle 24, Av. Muñoz Reyes 1150, Calacoto, La Paz – Bolivia.
(A media cuadra de la Gasolinera de Calacoto. Subiendo a Cota Cota a mano derecha). 

El taller de teatro es un buen gimnasio para auto - explorar, auto - conocerse, romper los miedos y la incertidumbre, es un espacio que nos enseña que podemos confiadamente  ser nosotros mismos dando rienda suelta a nuestra imaginación y propia personalidad, y es un lugar donde se aprende a ser parte de un grupo y trabajar juntos sin competencia, compartiendo un objetivo común: hacer teatro.

Dirigido a niños y jóvenes entre 5 y 16 años.
Los participantes no requieren habilidades especiales, ni experiencia previa en el campo de la actuación, necesitan solamente sentirse  motivados para realizar y completar esta actividad, ganas de divertirse jugando y el compromiso y la seriedad que requiere hacer arte.

Objetivo Principal del Taller: Brindar a los niños y jóvenes un lugar donde se valora la libertad de pensamiento, la creatividad, la imaginación y la colaboración con los demás.

Los objetivos principales del taller se pueden resumir como sigue:

  • Facilitar el descubrimiento de uno mismo y de su cuerpo, utilizando el movimiento como lenguaje.
  • Fortalecer las actitudes de autoestima y confianza en sí mismo.
  • Adquirir el autoconocimiento de sus propias emociones.
  • Mejorar la calidad de la comunicación interpersonal.
    Comprender el valor del otro como una persona en su diversidad.
  • Fomentar la relación, la cooperación y el trabajo en grupo.
    Desarrollar un juicio y actitud  crítico y autocrítica.

Metodología y contenido.
En el taller se trabaja con técnicas teatrales que favorecen el desarrollo de las potencialidades de cada persona, a través del estudio de los movimientos, los gestos y el uso de la voz.
Se presta atención especial a técnicas de improvisación para facilitar la expresión de emociones y  para aprender a manejar y utilizar recursos personales.

El contenido de cada clase será como sigue:

  • Trabajo sobre las técnicas de relajación del cuerpo y la percepción corporal.
  • Espacio de trabajo: tomar conciencia de sí mismos y el medio ambiente.
  • Trabajar con las emociones ponerse en contacto con sus emociones y reconocerlas.
  • El trabajo en grupo ejercicios de confianza y audacia.
  • Los trabajos en textos: el monólogo y el diálogo.
  • La construcción del personaje teatral.
  • Trabajo en el tiempo: la narración de una historia en la escena.
  • El trabajo en las improvisaciones individuales y colectivas.  
  • Establecimiento de una representación teatral.

 
Duración del Taller.
El Taller tiene una duración de seis meses. (De Febrero a agosto)
Y se divide en 2 grupos diferenciados por edad:

Grupo 1: De 5 a 10 años. Jueves de 15:30 – 17:00
Grupo 2: De 11 – 16 años. 17:00 – 18:30

En el último mes y medio, se le pedirá a los niños un mayor compromiso y la posibilidad de ampliar el tiempo ya que este período coincide con la preparación de la muestra final.

El taller de teatro, ¿Para qué? y ¿por qué?


El taller de teatro como instrumento para una formación integral de la persona supera muchos de los límites actuales de los métodos de enseñanza.

En   primer   lugar,   se   hace   necesario   reflexionar   sobre   cómo   la   escuela   ha   mutado   y  se   ha   ido adaptando   a   los   complejos   y   vertiginosos   cambios   que   han   sufrido   nuestras   sociedades   en   los   últimos siglos.   La   educación   escolar   básicamente   sigue   igual   que   cuando   surge   embrionariamente   al   hilo   del desarrollo de los estados nacionales hasta su posterior reconocimiento como institución social fundamental, universal y obligatoria (Varela, 1991). En ese largo camino desde los siglos XVI y XVII hasta el siglo XXI la imagen   de   un   centro   y   un   aula   han   cambiado   poco.   Se   podrían   hablar   de   mejoras   cuantitativas   pero limitadamente de las cualitativas.

(…) los centros siguen siendo espacios cerrados a su entorno, con una función principal de custodia, las clases son habitáculos con pupitres que atomizan, inmovilizan e individualizan a los alumnos/as (Varela, 1991:53).

El    profesor    ocupa     la  clásica   posición     jerárquica    sobre    los  alumnos/as       para    facilitar  una   pedagogía transmisiva,   Freire   lo   llamaba   “pedagogía   bancaria”   (Freire,   1980:75-77),             se   echa    el  contenido    en   las cabezas   de   los   alumnos/as   para   que   después   se   regurgite   en   el   examen.   Y   se   mantienen,   en   no   pocos casos,   los   dispositivos   sancionadores   como   medios   de   normalización   y   control   (Foucault,   1978:175-197).

Resulta   triste   pensar   que   la   educación   deba   basarse   en   la   pena   (exámenes,   suspensos,   repeticiones   de curso,   separación   y   concentración   de   alumnos/as   en   guetos   escolares,   etc.)   como   único   recurso   para motivar e incentivar a los futuros ciudadanos de una sociedad “desarrollada”. Tonucci (1979) explicaba, que no   era   buen   comienzo   si   el   alumno/a   tenía   que   enfrentarse   a   dos   formas   de   violencia   al   ingresar   en   la escuela, por una parte, se elimina el juego, la curiosidad, la diversión, el descubrimiento y la investigación autónoma del niño/a, y por otra parte, se desprecia su vocabulario, su lenguaje o su expresión corporal.

El taller de teatro o la metodología teatral supera gran parte de estas limitaciones y se convierte en un    excelente     complemento,        iría  más   lejos,   puede    significar   un   elemento     fundamental       para   el  trabajo

educativo y para la misma vida.

Hay   que   tener   presente   que   muchos   pensadores   han   reflexionado   sobre   el   hecho   de   que   las personas       se   comportan      como     actores    que    representan      roles   en   la  vida    cotidiana,    Goffman      (1971) sistematiza   el   modelo   de   la   dramaturgia   teatral   para   explicar   los   comportamientos   de   las   personas   en distintas     situaciones     de   la  vida.   Goffman      utiliza   el  modelo     dramatúrgico       para    interpretar    nuestro comportamiento   pero   el   tema   del   teatro   de   la   vida   es   antiguo,   ya   lo   tenemos   en   Calderón   de   la   Barca   y Shakespeare.

Por qué reclamamos este protagonismo para el taller de teatro como método.

Primero, porque se parte del juego como base de la actividad humana  (Huizinga; 1972), es decir, el juego como soporte de una actitud activa y dinámica que facilitará la asimilación de los aprendizajes del taller, partimos del principio de que   no   se   puede   realizar   bien   una   actividad   que   no   se   haya   experimentado.  

Segundo,   porque potencia el desarrollo de la expresión oral y corporal como elementos fundamentales de la comunicación humana.

Tercero, porque su metodología es participativa, democrática, fomenta la cooperación, el trabajo en grupo y estimula la reflexión sobre las distintas actividades convirtiéndose en un vehículo para transmitir valores de tolerancia, respeto, solidaridad, crítica y denuncia.

Esta metodología, las actividades que se realizan y los contenidos que se aprenden en el taller nos pueden resultar más útiles para la vida que esa ingente cantidad de información que debemos memorizar durante tantos años de escolarización. Incluso, puede reforzar la formación base y facilitar la asimilación de la   formación   complementaria   que,   cada   vez   más   asiduamente,              requieren   las   empresas   y   los   nuevos puestos de trabajo. Los nuevos puestos laborales tienden a ser más versátiles y cambiantes, producto de la paulatina transición en las sociedades desarrolladas del cuestionado modelo fordista (Piore y Sabel, 1990) al postfordista emergente (Coriat, 1993).

En el taller de teatro aprenderemos una serie de destrezas y competencias ricas y fundamentales para la vida cotidiana, en todos sus ámbitos, incluido el omnipresente mundo laboral.

-       Fomentar la capacidad para pensar, razonar, criticar o tener iniciativas (por ejemplo a través de improvisaciones,        análisis    colectivos     de    las   escenas      y   los   ensayos,      aportaciones      y modificaciones sobre la obra o los ejercicios, etc.).
-       Otras competencias estarían relacionadas con la comunicación, debemos leer e interpretar lo leído,   hablar   con   corrección,   vocalizar   y   expresarnos   con   fluidez  (se   puede   conseguir   con lecturas dramatizadas y debate sobre el texto, vocalización, hablar en público, expresión oral y corporal, etc.).

-       Otro   tipo   se   encaminaría   a   la   adquisición   de  habilidades   de   carácter   social,   por   ejemplo, trabajar   en   grupos,   desenvolverse   en   las   relaciones   interpersonales,   organizar   y   planificar   el trabajo    colectivo    y  el  individual  (a    través   de   ejercicios   de   desinhibición     ante   el  público, dinámicas   y   trabajo   en   grupo,   coordinación   del   trabajo   de   escena   y   los   distintos   papeles, diseño, planificación, organización, adquisición y ejecución del vestuario y los decorados, etc).


Escrito por:
Gabriel Robles Gavira y Diana Civila de Lara